La informalidad sigue siendo uno de los mayores desafíos para el gobierno de la República Dominicana. Sin embargo, existen otros factores que también tienen una relación directa con el desarrollo económico de una sociedad. Un claro ejemplo de esto son las personas que, por diversas razones, se ven obligadas a dedicar sus vidas al cuidado de otros, lo que elimina la posibilidad de acceder a una formación académica o de obtener un empleo.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó un estudio que identificó que el 90% de las personas que se dedican al cuidado de otros en la República Dominicana son mujeres, y lo hacen sin recibir ningún tipo de remuneración económica. Según el informe titulado “Cuidadores de personas mayores: sobrecargados y mal remunerados”, elaborado en junio de 2024 por el BID, si el Estado dominicano desarrollara mejores políticas públicas para mejorar las condiciones de los cuidadores, esto podría incrementar el Producto Interno Bruto (PIB) del país en aproximadamente un 20%.
En 2020, el Banco Mundial identificó en su informe “Mujeres, Negocios y la Ley” que la desigualdad laboral proporcional es el principal desafío para lograr un PIB más alto en la región de América Latina y el Caribe. Los datos recopilados a partir de 27,000 consultas realizadas en más de 25 países latinoamericanos, incluida la República Dominicana, muestran que el 58% de los cuidadores no remunerados son “autoiniciados”. Un 30.3% lo hace porque se consideran la “única persona que puede hacerlo”, mientras que un 2.8% acepta la solicitud de otros.
En cuanto al empleo y el desarrollo profesional, un 48% de los cuidadores no remunerados informa que tuvieron que dejar de trabajar debido a sus responsabilidades de cuidado. Otros efectos incluyen una reducción de las horas laborales, que afecta al 20% de los encuestados; la aceptación de empleos menos satisfactorios pero más compatibles con sus responsabilidades de cuidado, reportada por el 17%; y menos oportunidades para avanzar y obtener ascensos, lo que afecta al 12% de los cuidadores.
Además, el 82% de los cuidadores familiares y el 38% de los cuidadores no remunerados en el hogar en los países de América Latina no tienen formación formal. El cuidado no remunerado también tiene efectos negativos adicionales, como la escasez de tiempo y la presión sobre las relaciones familiares y sociales. Un 48% de los cuidadores reporta que no pueden recibir la atención médica que necesitan debido a sus responsabilidades de cuidado. Además, uno de cada tres cuidadores no remunerados informa problemas en sus relaciones con amigos, familiares o parejas debido a estas responsabilidades.
El objetivo del estudio realizado por el BID es desarrollar un programa que permita poner fondos a disposición de los países miembros, incluyendo la República Dominicana, para mitigar esta debilidad en la mejora financiera de los países. A través de la iniciativa “IDB Cares”, los estados latinoamericanos podrán ampliar los servicios de cuidado e infraestructura para mejorar la vida de los niños, los ancianos y las personas con discapacidades, creando más empleos.
“Las inversiones estratégicas en los servicios de cuidado e infraestructura son fundamentales para un crecimiento económico sostenible, la productividad y la generación de oportunidades para todos en América Latina y el Caribe,” señaló el presidente del BID, Ilan Goldfajn, quien lanzó la iniciativa en las Reuniones del BID celebradas en Chile. El Ministro de Hacienda, José Vicente, también participó en estas mesas de trabajo, y entregó la presidencia de la Asamblea que coordina el trabajo anual de los países que conforman el organismo financiero.
Aunque la entidad bancaria internacional no ha definido los fondos disponibles para este proyecto, los directores informaron que la República Dominicana podría acceder a estos recursos a través de préstamos y acciones de cooperación técnica, lo que no implicaría una suscripción de deuda.